miércoles, 15 de marzo de 2017

No con su presencia

Le temía. Le temía muchísimo; creía que nada bueno podía ocurrir cuando él estaba presente. Simplemente rompía toda la magia, creía que haría salir cualquier palabra mal dicha, o que cualquier tontería saldría de su boca para destrozar por completo el momento. Cuando él estaba presente se podía escuchar el canto de los pájaros lejanos o incluso el batir de sus alas. Pero había algo que se escuchaba cuando él estaba presente que le daba más miedo aún: el latido de su corazón. Cuando él estaba ahí, podía escuchar su sangre recorriendo a velocidad increíble todo su cuerpo, cada vez más rápido. No le gustaba nada ese sonido, le crispaba los nervios, por eso intentaba a toda costa hacerlo desaparecer. Cualquier cosa que le ahuyentara: una carcajada, un beso, un abrazo, unas palabras sin sentido, una reflexión en voz alta...

Sin embargo, él persistía, le gustaba estar presente, solo de vez en cuando, apareciendo en los momentos más inesperados, quedándose un rato y marchándose con la siguiente idea que saliera de su boca. Así, poco a poco, apareciendo y desapareciendo, fue como se fue acostumbrando a su presencia. Todavía le molestaba, pero cuando aparecía para estar solo un rato podía soportarlo. Empezó a aguantar que apareciera durante unos momentos y luego echarle de nuevo. 

Con el tiempo, cada vez le molestaba menos, con el tiempo empezó a sentir comodidad en su presencia, empezó a creer que eran buenos momentos también cuando él estaba presente. Ya no le intentaba echar a patadas cada vez que aparecía, ya no le odiaba, sino que había descubierto que podían llevarse bien.

Entonces un día, cuando los nervios ya no aparecían desde hacía tiempo, cuando todo su ser respiraba tranquilidad y comodidad con él allí presente, dos palabras le echaron. Dos palabras salieron de una boca también allí presente, dos palabras que le hicieron huir para traerlo de nuevo en forma de sonrisa.

 Te quiero - le dijo mirándola a los ojos. 

Ella mostró su sonrisa más sincera.


Y así fue  como el Amor se hizo amigo del Silencio.


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