martes, 24 de junio de 2014

La espera ha llegado a su fin

   Nervios y esperanza son los sentimientos que os preceden antes de mirar la nota. Nerviosos por saber cuanto antes si conseguís aquello que queréis, esperanza de entrar en aquella carrera que tanto deseáis, y que lleváis todo bachillerato esforzándoos por conseguir. Pues bien, ya lo sabéis, la espera ha llegado a su fin, pero desgraciadamente no todos os sentiréis igual. Sentimientos de tranquilidad porque todo ha pasado, pero tranquilidad acompañada de muchas cosas: alegría, tristeza, frustración…

    Enhorabuena a aquellos que habéis sonreído al ver vuestra nota, una sonrisa de sueños cumplidos, de esfuerzo merecido, una sonrisa que os hará pisar fuerte allá por donde vayáis, una sonrisa cargada de proyectos y futuro. Incluso puede que hayáis derramado lágrimas de felicidad.

    Pero no todos habéis sonreído, vuestras lágrimas no eran de felicidad, sino de frustración, de tristeza, de pena, de pensar qué habéis hecho mal, en qué os habéis confundido, lágrimas acompañadas de abrazos que no saben cómo animaros, cómo hacer que no os derrumbéis. Lágrimas por no haber llegado por una décima a aquello con lo que soñabais y en lo que habéis puesto tanto esfuerzo.

     No sé si esto os reconfortará, pero sabed que no sois los primeros, que antes de vosotros muchas más décimas puñeteras impidieron a muchos llegar a su sueño, pero se lo impidieron en ese momento, en esa primera oportunidad, no os confundáis, porque si de verdad es vuestro sueño, una nota no os impedirá llegar a él, tarde o temprano lo conseguiréis, no os vengáis abajo pensando que el esfuerzo no sirve para nada, sí sirve. El esfuerzo es lo que os llevará hasta ese sueño, llegar a la Luna no es fácil, pero en cada escalón estás un poco más cerca. No os atasquéis pensando qué habéis hecho mal y mirando atrás, mirad hacia delante, pensad vuestro siguiente paso porque el futuro es vuestro, diga lo que diga una simple nota de Selectividad.


miércoles, 18 de junio de 2014

Te crees fuerte pero no lo eres

Es lo mismo de siempre, la misma historia, no importa que te esfuerces en cambiarlo, que intentes por todos los medios que la próxima vez no ocurra lo mismo, pero ¿sabes qué? Ocurre. Porque te crees valiente, crees que eres fuerte, pero lo cierto es que él es tu debilidad, y que no importa lo mucho que luches por separarte de él, la tierra es redonda, siempre vuelves a necesitarle. Da igual lo que te alejes, da igual que mates el tiempo con amigos, películas o helado de limón, él está siempre en tus pensamientos.

Y te das cuenta de que ese es el problema, está en tus pensamientos, pero no está ahí a tu lado, porque él sí es fuerte, sí sabe alejarse de ti, al contrario que tú, el sí puede estar sin ti. Y te planetas tantas cosas… te recomiendas a ti misma cosas que no puedes hacer, cosas de las que sabes que no eres capaz, no eres capaz de acabar con todo, de alejarte tú de él, no eres capaz de decirle "no te necesito" porque la realidad es que lo necesitas más que a nada.

Llegan las lágrimas, lágrimas de amor y tristeza, pero sobre todo lágrimas de frustración y confusión, no saber qué hacer es lo peor, no saber qué es lo mejor. Cuanto darías por viajar en el tiempo, visitar a tu yo del futuro, y saber qué decisión deberías tomar, pero la realidad es que es el ahora, el presente y que no tienes ni idea de lo que debes decidir.

Y así, otro día más, la historia se repite, mañana volverá a ocurrir, volverás a pensar todo esto, seguirás sin saber que hacer, esperando que un día la decisión correcta explote dentro de ti.