sábado, 23 de noviembre de 2013

Ya estás preciosa

   Sábado por la noche. Le vas a ver. Te apetece que te vea especial. Te apetece que sus primeras palabras sean qué guapa estás. Te cepillas el pelo. Hoy vamos a alisarlo, así te verá diferente. Te pintas los ojos: la raya, un poco de rímel y algo de sombra, pero no demasiada, no le gustan las chicas muy maquilladas. Mierda, un grano adolescente, intentas taparlo con algo de maquillaje, pero en realidad no te gusta echarte este maquillaje, y seguro que a él tampoco, te lo quitas. Sí, se ve el granito, lo siento, tienes 18 años y estas cosas pasan. Continuas la labor de belleza. Toca vestirse: medias negras con lunares, jersey con cuello de pico color marrón clarito, es nuevo, aunque probablemente no se dé cuenta, no importa, sigues con una falda vaquera de volantes, muy mona, tu favorita, y a él le gustan las faldas. Y lo último, con lo que sabes que acertarás: unas botas altas negras de cuero y con un poco de tacón. Un bolsito pequeño a conjunto con las botas en el que no cabe más que el móvil, la cartera y las llaves, suficiente. El pelo liso cae sobre tus hombros y demasiado pegado a la cara, no te gusta llevar el pelo en la cara, esta diadema negra con un pequeño lazo es perfecta. Por último, el abrigo, estamos en Noviembre, hay que abrigarse. Uno azul marino que te parece de vestir. 

   Ya estás preciosa, y perfecta para causar impresión, Incluso estás nerviosa, aunque solo hace una semana que no lo ves. Un WhatsApp, un mensaje suyo que te avisa de que viene, sales a la puerta de tu casa, y en menos de 2 minutos estás montada en su coche, a su lado, recibiendo un pequeño beso en los labios.

martes, 19 de noviembre de 2013

Dos minutos

Dos minutos, dos minutos tienes de libertad entre una asignatura y otra. Dos minutos antes de irte a dar clase, a recibirla o a ambas. Dos minutos para pensar en nada mientras se pone el semáforo en verde. Dos minutos relajándote para volver a la batalla. Dosminutos que aprovechas para escribir cuatro palabras sueltas. Dos minutos y.. el tiempo se ha acabado.

Somos jóvenes, podemos conseguir esto y más, si otros han podido nosotros también, yo también. 

Es ahora o nunca.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Palabras

   Hace mucho que no escribes. ¿Por qué? ¿Es falta de inspiración? ¿Es falta de tiempo? No lo sé, quizá un poco de todo, pero cuando las palabras quieren salir no hay manera de detenerlas, ni el tiempo ni la falta de inspiración, llegan y dicen aquí estamos, queremos plasmarnos en este papel, en esta pantalla, queremos salir de aquí y formar todas una historia, un pensamiento. No hay manera de hacer que las palabras no salgan, al igual que las ideas, puedes mantenerlas un tiempo quizá, pero no siempre, porque llegará un día en un momento determinado, quizá cuando menos te lo esperes, que salgan de tu boca, o a través de tus manos y ya no podrás parar, porque han estado encerradas demasiado tiempo.

    Tienes talento para escribir, yo no soy capaz de expresarme tan bien. ¿Talento? ¿Yo? Pensé que eso no iba conmigo, pensé que no había algo que de verdad podía hacer bien, y, a decir verdad, creo que escribir tampoco, creo que simplemente mis palabras tienen más fuerza fuera que dentro, tienen más poder cuando las veo escritas que cuando están dando vueltas por mi desorganizada mente, puede que piense demasiadas palabras y por eso necesite ordenarlas en un papel, por escrito. Puede que por eso necesite escribir cada cosa que debo hacer, para no olvidarlo, puede que por eso lleve siempre algo donde poder escribir cualquier cosa que me pase por la cabeza.

    Palabras, palabras y más palabras. Quizá demasiadas, quizá no suficientes. Pero si sabes ordenarlas, sabrás qué es lo que sientes.

sábado, 26 de octubre de 2013

Ni puedo ni quiero.

Claro que lo he pensado, quién en su sano juicio no formula cientos de hipótesis en su cabeza. Pues sí, lo he pensado cientos de veces, y no por eso te quiero menos, de hecho creo que cada vez que lo imagino te quiero un poco más. Creo que cada vez que me imagino sin ti el mundo se me cae encima, ya nada tiene sentido y veo la vida en blanco y negro. Pero luego, afortunadamente, descubro que todavía te tengo a mi lado, y entonces la vida vuelve a ser color de rosa, nada de lágrimas amargas sino sonrisas de plena felicidad.

Claro que lo he pensado muchas veces, cómo sería mi vida sin ti, qué pasaría el día que me dejaras, o qué pasaría si fuera yo quien acabara esta maravillosa relación. No quiere decir que de verdad esté pensando en dejarte, solo quiero imaginar cómo sería mi vida, y después de pensarlo me doy cuenta que no podría dejarte, porque no puedo vivir sin ti. No concibo un mundo en el que tú no estés junto a mí, no soportaría verte y saber que no eres mío, que no tengo nada que ver contigo, y que lo único que compartimos son recuerdos. No soportaría salir de tu vida ni que tú salgas jamás de la mía.

No puedo vivir sin ti, ni puedo ni quiero.


TE AMO

jueves, 19 de septiembre de 2013

Un vagón de tren y miles de historias

    Me siento en un vagón de tren, y entonces me doy cuenta de que a mi alrededor no solo hay personas sentadas en incómodos asientos, sino que estoy rodeada de decenas de destinos diferentes, cientos de pensamientos... estoy rodeada de historias.

   Me pongo a observar a mi alrededor y es curioso como las personas más jóvenes aprovechan el viaje en metro para entretenerse de alguna manera, no están quietas, aprovechan cada minuto del viaje para algo: unas leen, otras estudian, otras chatean, otras escuchan música... Sin embargo, aquellas personas que ya tienen el cabello plateado o incluso color nieve, van tranquilas, mirando por la ventana, sus tareas ya no van tan apresuradas, ya no tienen prisa, sus pasos son tranquilos, sus vidas ya no son una carrera, sino que se han convertido en un agradable paseo.

   Un chico joven sentado en frente de mí escucha música con sus auriculares proveniente de algún aparato que no veo, pues está en su bolsillo. Él la escucha, pero es como si yo la escuchara también, yo y el resto del vagón pues va haciendo el ritmo de sus canciones con los nudillos sobre el asiento. Él siente la música que escucha de verdad, es posible que toque la guitarra, ahora está tocando una imaginaria, con los ojos cerrados rasga las cuerdas en el aire. Quizá en su cabeza esté en medio de un gran concierto, cuando abra los ojos volverá a la realidad, de momento, él disfruta, mejor permanecer en su propia realidad. Diría que está escuchando rock o heavy metal, pero las apariencias engañan y a lo mejor está escuchando algo de música clásica o flamenco incluso.

   A su lado va otra chica, más tranquila, de origen marroquí, pues un velo le cubre la cabeza, bien maquillada y sonriente mira por la ventana, pero de repente el paisaje exterior se vuelve oscuridad, ya no se ve nada pero ella no aparta la vista de la ventana, esta oscuridad no puede durar siempre, y tiene razón, porque poco después llegamos a una estación, la luz ya no es la del sol sino que es artificial, pero le deja ver el nombre de la estación, entonces reacciona y por primera vez aparta la vista de la ventana, me pide paso y sale. Una historia sale del vagón de tren y otras tantas entran, otra historia que se cruza en mi vida, quizá deje huella o quizá no, o quizá la deje y no me dé cuenta hasta que sea necesario, o quizá nunca me dé cuenta y esa historia se me olvide al dejar de mirarla.

   Un cambio de tren, todas las historias cambian conmigo, pero hay tantas juntas que nos mezclamos y perdemos a lo largo del andén. Cuando entro al nuevo vagón y me siento, para mi sorpresa, el chico del concierto vuelve a estar a mi lado, vuelve a cerrar los ojos y siente su música, solo espero que no se pase la estación donde debería bajarse. 

   Poco después le pierdo, pues llego a mi destino, me bajo del tren, me despido de todas esas historias con una sonrisa y me siento en un banco del andén. Todos se extrañan de que no me vaya, se extrañan más cuando ven que dejo pasar un tren, y otro, y otro más. Yo los observo y escribo, y le busco con la mirada. Tan solo estoy esperando esa historia que corresponde con la mía, la historia me complementa. 

   Simplemente espero esta historia: la que acaba de llegar y me ha saludado con un dulce beso en los labios.

martes, 3 de septiembre de 2013

Si somos el futuro, ¿por qué nos dan por culo?

   Toda mi vida he querido ser maestra, me apasionaba desde pequeña la sensación de ser yo quien iba a enseñar a los niños algo tan simple y necesario como leer o escribir, ser yo la que iba a estar en los años formativos de su vida, los años más importantes, donde nos conformamos como personas, aprendemos lo que está bien y lo que está mal, aprendemos a hacer amigos y a afrontar nuestros primeros problemas en la vida, aunque sean tan simples como no tener lápices de colores o no poder sentarte con tu mejor amigo. Siempre he pensado que la profesión que elegía era importante para todos, y no digo que haya profesiones prescindibles, pero sí que un buen maestro es imprescindible en la vida de todo humano.

    Pues bien, entonces, ¿por qué es menospreciada de esta manera? Me empecé a dar cuenta cuando se lo decía a mis profesores y me lo desaconsejaban, me decían frases como: "no sabes dónde te metes", "ppfff, no te lo recomiendo" o "con las notas que tienes, no hagas eso por favor". Yo me preguntaba que por qué ellos eran profesores si no disfrutaban con su trabajo, por qué habían decidido ser educadores si les parecía lo peor. Decidí que quería ser maestra por encima de todo cuando llegué a quinto de primaria, tuve una profesora maravillosa que me hizo ver que había esperanza, que si se hacía bien, si conseguía ser una buena maestra conseguiría buenos alumnos, buenas personas al fin y al cabo. Gracias a aquella profesora, Marisa, hoy voy a empezar Magisterio en Educación Primaria.

    Y me entristece que mis propios amigos menosprecien lo que voy a estudiar, los mismos que luchan hoy en día por una educación pública de calidad, los mismos que salen a la calle a defender su educación y a sus profesores después se ríen y hacen bromas del tipo: "y ahí qué te enseñan, ¿a moldear plastilina?". Esos que envidian la educación en los países nórdicos, donde los profesores son respetados por encima de todo y necesitan las notas más altas en las pruebas de acceso, aquí menosprecian a los suyos, y se ríen de los que entramos a esa carrera con una de las notas más bajas, se ríen de los que intentamos llegar a eso algún día, llegar al día en que la educación sea lo primero y no la política o el dinero lo muevan todo, se ríen de los que creemos que todavía podemos cambiar las cosas.

    Y yo les pregunto: ¿De verdad creéis que el cambio educativo es posible menospreciando a los jóvenes que intentamos llegar a él? ¿No deberíamos tener todos el pensamiento de apoyar a los nuevos profesores? ¿Apoyar a las nuevas generaciones? Al fin y al cabo somos los únicos que podemos hacer de este mundo otro mundo posible. Y sé que lo sabéis porque erais vosotros los que cantabais en las manifestaciones por la educación, gritos como: "Si somos el futuro, ¿por qué nos dan por culo?"

miércoles, 10 de julio de 2013

Olas perdidas

    ¿Os habéis preguntado alguna vez cuántas olas habrán llegado a la orilla del mar desde que el mundo es mundo? ¿Cuál fue la primera ola? ¿Habrá una última ola? Y si la hay, ¿cómo será? ¿Será acaso especial? ¿Sabremos que es la última? Quizá cada ola que vemos podría ser la última... entonces, ¿por qué nos lo tomamos como si siempre fuera a haber otra ola después? ¿Por qué no aprovechamos cada ola como si fuera la última? ¿Por qué nos limitamos a esperar que llegue otra mejor? ¿Y si no llega?

  Decenas de personas llegan a nuestra vida, cientos de oportunidades, miles de segundos cada día y millones de minutos a lo largo de nuestra vida... todo ello, al igual que las olas, es menospreciado. Esperamos lo siguiente, preferimos coger el siguiente tren, pero ¿qué pasa si no llega otro tren? ¿Qué haremos? No podemos dejar de aprovechar cada oportunidad y cada minuto de nuestra vida como si fuera el último, porque quizá lo sea.


   Por ello, báñate con cada ola que llegue a tu playa y sobre todo, no menosprecies nada de lo que tengas, porque quizás nunca vuelvas a ver la espuma de una ola chocando en tu orilla.

jueves, 23 de mayo de 2013

Graduación 2ºBachillerato



       Septiembre de 2007. Alumnos de 12 años entramos por primera vez a la que será nuestra segunda casa durante los próximos 6 cursos. Somos los más peques, también en altura, y nos sentimos algo indefensos, aunque se nos pasará en un año cuando veamos que estando en segundo de la ESO ya tenemos a alguien por debajo. Llevamos dos años en el instituto y pensamos en que nos quedan 4 más que pasarán lentos, pero luego, cuando lleguemos a segundo de bachillerato nos daremos cuenta de que han pasado mucho más rápido de lo que pensábamos.

  2009. Tercero de la ESO. Ahora sí que nos sentimos importantes, estamos en el que dicen que es el curso más difícil y además nos han puesto taquillas y aulas materia, haciéndonos creer que estamos en un colegio americano de las películas, pero no nos engañemos, seguimos en Rivas Vaciamadrid, aunque para nosotros esto sea como Hollywood. Este años nos vamos a esquiar a Astún con la canción del esquiador que todavía recordamos Jaime.

   Cuarto de la ESO, para muchos es el último curso, pero para todos los que estamos aquí es solo el final de una etapa, una etapa que terminó justo hace dos años con otra graduación. Viaje inolvidable de fin de curso a Roma, con recuerdos que no se borrarán nunca.

   Pasamos a bachillerato y nos presentan a Selectividad, que nos agobiará con la nota y lo que queremos estudiar. Por favor dejadnos respirar, lo único que nos importa este año es que podemos salir fuera del insti en el recreo. A pesar de todo, nos mantenemos firmes a la ley del más vago, ya sacaré buena media en segundo… no sabíamos lo que decíamos.

Y por fin hace unos 8 meses comenzaba la pesadilla de segundo de bachillerato, que como todo sueño, se acaba. Las primeras semanas fueron más tranquilitas y nos recordaban a primero, pero luego llegó la primera semana de exámenes con la evaluación un mes antes que el resto del instituto. Creo que mis compañeros estarán de acuerdo conmigo cuando digo que lo peor era seguir dando clase después de una semana de exámenes. Estábamos acostumbrados a irnos de vacaciones después de que nos dieran las notas. Va pasando el curso y hacemos lo que podemos. Tenemos que estudiar demasiadas horas pero no podemos dejar de tener vida social porque somos adolescentes, y por eso mismo, todos hemos hecho deberes los domingos por la tarde. 

Se va acercando el final. Cuando nos vamos de vacaciones en Semana Santa, sabemos que al volver será la recta final y ya no habrá vuelta atrás, habrá que seguir adelante hasta llegar al día de hoy. 23 de mayo de 2013, nos merecemos un descanso… un descanso que no llegará hasta pasar los exámenes de selectividad, pero cuando acabemos, entonces sí que sí tendremos un verano bien merecido, que sin duda será el mejor verano de nuestra vida.

  En realidad, por un curso tan estresante que haya sido echaremos de menos esto. Echaremos de menos el instituto y sus festivales para celebrar cualquier cosa, a Jaime y su megáfono y echaremos de menos los documentales de Punset en Psicología, con esa música que tanto le gusta a Ángel. Echaremos de menos a Céar y los dioses griegos que tanto hemos traducido con Ana en el aula “Carpe Diem”. Nos acordaremos de Luis cada vez que oigamos hablar de la monarquía o de Molinero cada vez que veamos alguna obra del gran Giotto. Echaremos de menos el Magic Finger de Joaquín y sabremos gracias a Olga que después de la tempestado viene la calma, y no hay nada peor después de selectividad. Por último tenemos que agradecer a Ángel todo lo que todo lo que se ha preocupado por nosotros y pedirle perdón por la guerra que damos.

   También agradecemos a alguien que ya no está, pero que siempre estará con cada uno de sus alumnos, todo lo que hizo por nosotros y por este instituto. Y cuando alguien pregunte en el futuro quién fue Julio Pérez, nos sentiremos orgullosos de decir que fue el que hizo posible todo lo que disfrutamos cada día de lunes a viernes.

   Antes de acabar decir a nuestros propios compañeros que mucha suerte en vuestro futuro y que por desgracia, se nos ha acabado el chollo de ser los más mayores, porque el año que viene volveremos a ser unos novatos.



JÓVENES RIPENSES, EXMORADORES DEL IES PROFESOR JULIO PÉREZ, ALEA IACTA EST, LA SUERTE ESTÁ ECHADA.




lunes, 13 de mayo de 2013

¿Por qué no disfruté la vida?

   Hoy en día la televisión ocupa una parte sustancialmente importante en la vida cotidiana y social de las personas. Desgraciadamente, todos pasamos demasiado tiempo en compañía de este aparato.

   Nos levantamos por la mañana y vemos el telediario mientras desayunamos sin apenas saborear lo que comemos, pasamos todo el día fuera de casa estudiando o trabajando, volvemos y vemos alguna serie estúpida durante la comida, por la tarde algún programa donde observamos a gente gritándose unos a otros, y alguna otra serie policíaca con violencia y asesinatos antes de dormir. Si hay suerte y quedamos con algún amigo, probablemente vayamos al cine o veamos una película en casa, y el comentario al terminarla será toda la relación que tengamos con otras personas. 

   Debemos abandonar por un momento esa caja mágica que nos absorbe la vida y sustituye nuestras experiencias por experiencias virtuales. Salir a la calle, sentir cómo nos moja la lluvia o acariciar la hierba de un parque debería ser siempre real. No deberíamos ver esa preciosa velada romántica a través de una pantalla, sino llamar a esa persona especial y crear la nuestra.

   Algún día nos daremos cuenta de lo que estamos perdiendo. Algún día, estando sentados en el sofá, cuando ya no podamos salir a correr y saltar porque tengamos demasiados años encima, nos arrepentiremos y nos preguntaremos: ¿por qué no disfruté mi vida en vez de observar la de personajes ficticios en la pantalla de la televisión?

domingo, 5 de mayo de 2013

Feliz día de la Mamá

Esa mujer que te da la vida,
aquella que lucha por ti, 
esa que merece ser querida,
esa sin la que no puedes vivir.

La que dirige tus primeros pasos,
saca tus primeras sonrisas,
la que te ayuda a dar saltos,
la culpable de tu alegría.

Esa que aprende contigo,
que vive de cerca tu infancia,
esa de la que eres amigo
porque te saca de las malas rachas.

La que te ayuda a formarte,
aquella que cultiva tus logros,
y a costa de mucho besarte,
saca de tus pesadillas a los ogros.

Aquella que aunque te alejes,
nunca se irá de tu lado,
la que cruzará el mar para verte
porque eres "lo mejor que le ha pasado".

La que siempre te hará feliz
y aunque parezca que ya no está
siempre estará dentro de ti,
porque es la mejor mamá.

martes, 23 de abril de 2013

Feliz día del Libro

Feliz día del libro a aquellos que aman leer..

Lee
Mi más sentido pésame a los que no lo hacen, porque sin libros estamos muertos.

domingo, 21 de abril de 2013

Sistema educativo

  Actualmente tenemos un sistema educativo creado en la revolución industrial, un sistema que se creó para educar a los niños de manera que cuando salieran de la escuela estuvieran perfectamente preparados para trabajar en una fábrica haciendo lo mismo tareas repetitivas e iguales todo el rato. Se les enseñaba de memoria repitiendo una y otra vez la lección como nos aprendemos todos las tablas de multiplicar, pero eso no es aprender, hemos aprendido las tablas de multiplicar cuando 50 años después todavía nos las sabemos. Hoy en día tenemos el mismo sistema pero todo lo demás ha cambiado, el mundo y las necesidades para con este son diferentes a las de entonces. ¿Cuántos alumnos recordarán dentro de 50 años algo que hayan aprendido en la escuela el día de hoy?


La educación tiene tres objetivos: uno es económico, pues necesitamos formarnos para luego trabajar y ganar dinero; otro es cultural, ya que la educación ayuda nos ayuda a las personas a comprender el mundo que nos rodea; y el último es personal, se espera de la educación que nos ayude a conocernos a nosotros mismos y encontrar nuestros talentos y habilidades. Estos objetivos son y serán los mismos siempre pero no deben abarcarse igual que hace cincuenta años. Cuando dejemos de estudiar para ponernos trabajar, nuestras necesidades habrán cambiado, necesitaremos aprender cosas distintas, incluso habrá otras necesidades  que nunca antes habían existido. Culturalmente también es diferente puesto que el mundo que ahora nos rodea es distinto al de hace cincuenta años. Y en el aspecto personal, simplemente no se cumple porque la educación actual no nos invita a ser creativos ni a buscar qué nos apasiona y qué se nos da bien.


Desgraciadamente, la creatividad no es considerada importante en la educación de niños o adolescentes. Sin embargo, esta debería ser la asignatura más fundamental. Se ha creado una jerarquía en la que el más inteligente es el que más sabe de matemáticas o de química. Todos conocemos el tópico por el que se nos considera más “tontos” a los estudiantes de humanidades, simplemente porque nos gustan más las letras que los números. ¿Cómo se mide hoy en día la inteligencia? Con los test de inteligencia que te dan un CI. Casualmente cuanto más sepas de números o lógica más alto será ese coeficiente intelectual y más inteligente serás. Sin embargo, la teoría de las inteligencias múltiples diferencia entre 8 inteligencias diferentes y estos test solo miden cuatro capacidades del conocimiento: memoria a corto plazo, razonamiento abstracto-visual, razonamiento numérico y capacidad verbal, y no miden la creatividad, la intuición ni muchos otros aspectos de la inteligencia.  Las artes han sido muy infravaloradas.


La sociedad educativa está obsesionada con los resultados, no importa cuál sea el método de aprendizaje si el resultado es bueno. Pero actualmente los alumnos no aprendemos, tan solo soltamos en el examen lo que estudiamos de memoria sin el más mínimo interés, y lo olvidamos al salir por la puerta de clase. No nos motiva ir al colegio ni leer un libro de texto. Los estudiantes, y cualquier persona a lo largo de toda su vida, deberíamos estar siempre dispuestos a aprender, deberíamos querer descubrir, crear, inventar e imaginar, pero no lo hacemos. Desde que somos pequeños nos bombardean con tareas y notas matando nuestra capacidad de crear y llevándonos a odiar el colegio. Mientras que este debería parecernos el mejor lugar posible, puesto que en él se llevan a cabo las dos cosas más bonitas en esta vida: enseñar y aprender.

miércoles, 17 de abril de 2013

Cúmulo de emociones

  Uno de esos días que sientes un cúmulo de sentimientos indescriptibles dentro de ti. Algo que ni tú mismo sabes explicar... "¿Qué es esto? ¿Por qué me siento así?"

   Sabes qué ha pasado en el día, desde que te has levantado, y no encuentras una razón por la que puedas estar así... Quizá sea ese el problema, quizá no haya "una" razón, quizá sa una acumulación de razones qye has ido soportando, pero sin llegar a superarlas. Por eso llega el día en que salen fuera y te confunde a ti mismo, no caben dentro de ti y explotan hacia fuera, haciéndote consciente de su existencia. Salen la ira, la tristeza, la furia, la pena, la frustración... Incluso salen lágrimas de tus ojos.

    Entonces llega el peor momento, el momento en el que pagas todo eso con la persona equivocada, con la que no tiene culpa de nada, con la que menos se lo merece. Lo pagas con la persona que poría ayudarte. Le haces daño y te abandona, te abandona por un momento, por un instante que a ti te parece eterno, por un instante el pilar que sostiene tu mundo se derrumba. Pero vuelve, vuelve porque las personas con las que solemos pagar nuestros cúmulos de emociones son las que más nos quieren. Entonces vuelve y reconstruye de nuevo tu mundo, hace un castillo de las ruinas que habías bañado en lágrimas. Incluso, por un momento, en sus brazos lo único que sientes es paz y tranquilidad, que la tormenta ha pasado y ha llegado la calma, aunque no sea así, es eso lo que sientes, y eso es lo único que necesitas.

    Volverás a caer, volverás a derrumbarte, volverás a creer que el mundo está contra ti, y volverás a pensar que no hay nada que hacer con un mundo en ruinas, pero llegará de nuevo esa persona, la que siempre está, y te ayudará a construir un nuevo mundo sobre el que pisar más fuerte.

miércoles, 10 de abril de 2013

Bienvenido a mi mundo




Bienvenido a mi mundo si esta imagen te sacó una sonrisa, bienvenido si te identificaste o si desearías haberte identificado, bienvenido a mi mundo si crees en el amor y piensas que era más fácil cuando eras un niño.

Bienvenido a mi mundo si todavía piensas que el amor verdadero existe, si sueñas con un príncipe que te despierte por la mañana con un beso, bienvenido si en cada "adiós" espera un "quédate" y en cada "hola" un "te echaba de menos". 

Bienvenido si cada día ves a parejas felices que te alegran el día, bienvenido si cada muestra de cariño que ves te hace sonreír, bienvenido a mi mundo si te cogen de la mano.

Bienvenido a mi mundo si caen lágrimas por tus mejillas, bienvenido si hay alguien que te las seque, bienvenido si hacen que te creas lo peor del universo, bienvenido a mi mundo si después tienes alguien que te diga que eres lo mejor.

Bienvenido a mi mundo si cada noche piensas lo peor y cada mañana te enfrentas a un nuevo día, bienvenido si luchas contra tus miedos, bienvenido si disfrutas de lo bueno de la vida, bienvenido a mi mundo si crees que si tienes amor no necesitas nada más.

Bienvenido si valoras tener una persona a tu lado hasta el fin de tus días, bienvenido se deseas tener alguien que te levante cuando te caigas, bienvenido a mi mundo si sueñas compartir canas con el amor de tu vida.

Bienvenido a mi mundo si esta fotografía te saca una sonrisa todavía más grande que la anterior, porque entonces valorarás el amor en el tiempo tanto como yo.



martes, 9 de abril de 2013

Amistad

Crees que no necesitas a nadie,
y das a todos de lado,
pero luego, cuando te encuentras solo,
y todos te han dejado,
es el verdadero amigo
el que seca tus lágrimas
incluso cuando fue el primero
al que habías abandonado.

sábado, 6 de abril de 2013

Mamá

No me despierta cada mañana. me muestra la luz de un nuevo día.
No me prepara el desyuno, me da fuerzas para empezar. 
No me lleva al colegio, me muestra el camino a la sabiduría.
No le ayudo a hacer la comida, me enseña a valerme por mí misma.
No me ayuda a hacer los deberes, me ayuda a comprenderlos y a hacerlos yo sola.
No me deja en casa, me lleva con ella a conocer mundo.
No me prepara la cena, me ayuda a terminar el día.
Y no me da un beso de buenas noches, me dice te quiero y m hace soñar con ser una madre como ella.

Te quiero mamá.

viernes, 15 de marzo de 2013

Clase de filosofía



¿Hasta qué punto puede interesar una clase de Filosofía un viernes a última hora a un cúmulo de hormonas revolucionadas en cuerpos de jóvenes de 18 años? Probablemente Marx fuera un hombre muy inteligente y digno de ser estudiado pero ahora mismo no ocupa mucho lugar en nuestros pensamientos. ¿Entonces en qué estamos pensando todos estos adolescentes? Pensamos en todo menos en Marx. Es viernes, pensamos que “por fin” es viernes. Nuestros pensamientos se llenan de planes para la tarde, de planes con los amigos, también de planes para el fin de semana, no pensamos en Marx.

Algunos se limitan a mirar por la ventana porque la libertad del aire libre no la pueden respirar en un aula cerrada iluminada con unos tristes fluorescentes. Miran por la ventana y ven el sol y las primeras flores de primavera, casi pueden olerlas. Ven que hace buen día y que podrán disfrutar de un viernes en la calle. Luego vuelven, ven la pizarra, el profesor explicando, miran el reloj y devuelven su mirada a la ventana. En ese momento cualquier cosa de fuera es más interesante que una clase de Filosofía un viernes a última hora.

Luego están los que hacen lo prohibido, los que tienen que esconderse porque saben que no deben hacerlo, porque saben que si los regañan no podrán defenderse porque no llevarán razón. El móvil ocupa toda su atención. Teclean, suben, bajan, bloquean, desbloquean, mandan mensajes… nadie sabe exactamente qué hacen pero los demás los vemos, y algunos nos compadecemos de nuestro simpático profesor al que no estamos prestando atención mientras explica Marx. Siguen tecleando, en este momento, cualquier cosa en la pantalla de un teléfono móvil es más interesante que una clase de Filosofía un viernes a última hora.

Pero hay alguien que presta atención, os implemente lo aparenta. Cogen algunos apuntes de vez en cuando y asienten al profesor cuando este posa su mirada en ellos, pero desgraciadamente estos no son la mayoría. Además sus pensamientos están en realidad bastante lejos de Marx. En este momento, cualquier cosa que pase por su mente es más interesante que una clase de Filosofía un viernes a última hora.

Diferentes pasatiempos compaginados en el mejor de los casos con una mínima atención al profesor.

¿Y yo? La verdad es que es como si no estuviera en clase ahora mismo, mi cuerpo está pero mi mente está sumida en las acciones y pensamientos de los demás. Marx me ha interesado los últimos días y el profe que me lo explica me ha hecho prestar atención… pero hoy es diferente, no es su culpa, soy yo, que hoy no me siento tan filósofa, hoy me siento más escritora. Estoy también en el grupo de los que apuntan algo de vez en cuando aunque no tanto en el de los que asienten. No le miro para aparentar que atiendo, sabe que no lo hago, no le intento hacer creer lo contrario, solo le observo con el mismo objetivo con el que observo a mis compañeros. ¿Qué piensa él? Creo que es la mente más complicada de esta clase, es humano y estará pensando también en que es viernes y en irse a casa, pero a la vez está intentando con toda sus fuerzas que prestemos atención y que comprendamos a Marx.

Mientras todo esto ocurre yo escribo lo que veo, lo que oigo y lo que imagino que ven y oyen los demás, intento meterme en sus pensamientos y los plasmo en un papel. Yo simplemente me he puesto a escribir, ¿por qué? Porque escribir siempre es más interesante que una clase de Filosofía un viernes a última hora.

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