lunes, 20 de junio de 2016

No sé decir adiós

Un beso y una flor, como dice la canción. A nadie nos gustan las despedidas, y menos cuando no sabemos la próxima vez que veremos a alguien. Aun así, es más fácil cuando es una persona a la que dices adiós, al menos sabes qué decir o qué hacer, un beso y una flor. Pero, ¿cómo te despides de un país? ¿Cómo dices adiós a un lugar tan inmenso que no recibe abrazos? Aún sigo pensando cómo decir adiós, a menos de cinco horas de abandonarlo hasta no sé cuándo, aún sigo pensando cómo decir adiós a Suecia. Cómo acotumbrarme a no ver palabras con tantas consonantes; cómo decir adiós a sus letras con puntitos o con circulitos sobre las vocales; cómo decir adiós a las señales con advertencia de renos; a sus días con lluvia por la mañana y sol por la tarde; a sus noches eternas seguidos de sus días sin noches; a su gente fuera de todo estereotipo; a su WiFi gratis en todas partes; a su naturaleza; cómo decir adiós a pasear por un lago helado; a sus hogueras o a sus ruidos en la noche; cómo decir adiós a ver el sol a las 3 de la mañana o desearlo más que a nada a las 3 de la tarde; cómo decir adiós a un país que me ha dado 5 meses de la mejor experiencia de mi vida.

Como muchas otras cosas que tampoco sé hacer, no sé decir adiós, no sé despedirme de un país, no encuentro más solución que, como siempre, plasmarlo en palabras, palabras desordenadas como sentimientos desordenados, como pensamientos descolocados. Así que así me voy a despedir, sin decir adiós, sin promesas de volveré, sin lágrimas, sin abrazos a la nada, sino con palabras. Con palabras de recuerdos, de pensamientos, de cosas que espero no olvidar nunca.

Gracias Suecia, por no dejarte abrazar, sino por abrazarme cada día con cada brisa mañanera.


miércoles, 8 de junio de 2016

Hej då (Suecia 07)

Hoy sí. Hoy se ha acabado una gran experiencia, de momento la más enriquecedora de mi vida. Mi habitación al dejarla se ha quedado bastante vacía, bastante triste y blanca, apática; y no quería que mi adiós fuera con una foto triste y vacía, me despido de mi "casa" con las vistas que he tenido durante 5 meses: mi querido Tybble. Lo he visto pasar por todo tipo de cambios climáticos y siempre ha estado ahí recibiédome con una habitación calentita y buenas vistas desde mi ventana. Son tantos meses, son tantas cosas que han ocurrido, buenas y malas; felices y tristes; cerca y lejos; tantas cosas y tantas personas que no caben en unas palabras. No hay mucho más que decir que no haya dicho ya, simplemente sé que Örebro tendrá para siempre un castillo en mis recuerdos. 
//
Today. Today, a great experience has come to an end, the most rewarding experience in my life. When I left my room it was empty, pretty sad and white, basically apathetic; and I did not want my goodbye to be a sad and empty picture, I say goodbye to my "home" with the views I have had during the past 5 months: my dear Tybble. I have seen it going through all different kind of weather changes but it has always been there for me, waiting with a warm room and good views from my window. So many months, so many things that have happened: good and bad; happy and sad; near and far; so many things and so many people that they don't fit in some words. There is nothing else to say that I haven't already said, I just know that Örebro will always have a castle in my memories.