Nervios y esperanza son los sentimientos
que os preceden antes de mirar la nota. Nerviosos por saber cuanto antes si conseguís
aquello que queréis, esperanza de entrar en aquella carrera que tanto deseáis,
y que lleváis todo bachillerato esforzándoos por conseguir. Pues bien, ya lo
sabéis, la espera ha llegado a su fin, pero desgraciadamente no todos os
sentiréis igual. Sentimientos de tranquilidad porque todo ha pasado, pero tranquilidad
acompañada de muchas cosas: alegría, tristeza, frustración…
Enhorabuena a aquellos que habéis
sonreído al ver vuestra nota, una sonrisa de sueños cumplidos, de esfuerzo
merecido, una sonrisa que os hará pisar fuerte allá por donde vayáis, una
sonrisa cargada de proyectos y futuro. Incluso puede que hayáis derramado
lágrimas de felicidad.
Pero no todos habéis sonreído, vuestras
lágrimas no eran de felicidad, sino de frustración, de tristeza, de pena, de
pensar qué habéis hecho mal, en qué os habéis confundido, lágrimas acompañadas
de abrazos que no saben cómo animaros, cómo hacer que no os derrumbéis.
Lágrimas por no haber llegado por una décima a aquello con lo que soñabais y en
lo que habéis puesto tanto esfuerzo.
No sé si esto os reconfortará,
pero sabed que no sois los primeros, que antes de vosotros muchas más décimas
puñeteras impidieron a muchos llegar a su sueño, pero se lo impidieron en ese
momento, en esa primera oportunidad, no os confundáis, porque si de verdad es
vuestro sueño, una nota no os impedirá llegar a él, tarde o temprano lo
conseguiréis, no os vengáis abajo pensando que el esfuerzo no sirve para nada, sí
sirve. El esfuerzo es lo que os llevará hasta ese sueño, llegar a la Luna no es
fácil, pero en cada escalón estás un poco más cerca. No os atasquéis pensando
qué habéis hecho mal y mirando atrás, mirad hacia delante, pensad vuestro
siguiente paso porque el futuro es vuestro, diga lo que diga una simple nota de
Selectividad.