jueves, 29 de mayo de 2014

Esa sensación que te aleja de la realidad

      Estás deseando que llegue este momento, el momento en el que te montas en el tren, te sientas y ya solo estáis tú y él, nada más. Te sumerges en sus palabras y no puedes concentrarte en otra cosa que no sea la historia que te está contando. Pierdes la noción del tiempo y te mueves de manera totalmente automática. Por pura rutina tu cuerpo sabe qué tren ha de coger o dónde ha de bajarse, pero tu mente está mucho más lejos, está pensando en esa historia suspendida por el transbordo de la estación. Y cuando vuelves a sentarte la historia se retoma, todavía tienes tiempo para seguir disfrutando de sus palabras. Tienes esa sensación de estar sola en el mundo, de no saber en qué día vives o dónde estás, no sabes qué hora es, ni si es por la mañana o por la tarde, tienes que pararte a pensar un momento para poder situar tu vida ese instante porque sus palabras hacen que te alejes de la realidad completamente. Te das cuenta de que solo queda una estación para despedirte de él, de su interesante historia y de la magia que transmite.


       Entonces llega el momento menos deseado, megafonía anuncia la parada, y no tienes más remedio que cerrar el libro y continuar con la vida real.

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