jueves, 1 de septiembre de 2016

Odio al odio.

Solo malas contestaciones, solo querer estar sola, solo no saber qué hacer o qué decir, solo aburrimiento, solo frustración. Solo la parte mala. Y es que hay días que solo sale la parte mala, solo lo peor de ti y no hay manera de verlo con otros ojos, por más que lo intentes, por más que intentes hacer que la luz ilumine un poco, te empeñas en apagarla continuamente. Puede ser algo insignificante lo que lo desate, o peor todavía, puedes no saber qué desata la furia que llevas dentro. No saber por qué nada te importa, nada quieres hacer y nada quieres escuchar. No saber por qué has contestado así de mal a tu madre o no has hecho caso a tu padre, no saber por qué llevas horas en tu habitación sin hacer nada pero pensando todo. No saber por qué has hecho de tu día un día de mierda y por qué has hecho que esa persona que te importa aguante lo peor de ti y aún así te diga "no pasa nada". Sabes que no se lo merece, te odias a ti misma por decir cosas que has dicho o hacer cosas que has hecho, solo por un impulso, solo por una razón (probablemente) estúpida que te ha hecho hoy ser solo tu lado malo. No la sonrisa, no la alegría, no los te quiero, no las carcajadas, no nada bueno. Solo lo malo.

Y sin embargo, esto es lo que nos hace humanos... 


 ¿Verdad?

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1 comentario:

  1. Verdad hija.
    El tener malos días y darse cuenta, es lo que hace maravillosos a los buenos.

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