Pues bien, os revelaré algo: no es así.
De hecho, ahora que siento tanto, ahora que de verdad quiero expresarme, no puedo, no me sale, no tengo palabras para escribir lo que de verdad quiero, lo que siento, es mucho más difícil escribir tu realidad que una alternativa. Podría contar mi historia poniéndole el nombre de un personaje inexsistente y sería mucho más fácil, sin embargo, no es eso lo que quiero. Hoy venía a escribir sobre mí, sobre todos estos sentimientos que se agolpan en mí, sobre estos años en mis recuerdos que no podría borrar ni aunque quisiera. Creemos que las canciones tristes y los recuerdos metidos en una caja nos solucionan la vida, quizá la faciliten, ni siquiera lo sé. Lo que sé es que aunque las paredes de mi habitación vuelvan a ser lisas sin ningún recuerdo, las paredes de mi memoria seguirán siempre repletas de momentos.
Porque una fotografía es solo el recuerdo palpable de un momento infinito en nuestra mente.
Y hoy que venía a expresarme de verdad me voy sin decir nada en concreto, me voy tanto por las ramas que al final me caigo al suelo.
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