Cuando solo queda una semana, cuando quedan 7 días para terminar esta experiencia, cuando te das cuenta de lo rápido que ha pasado el tiempo 5 meses depués. Mayo ha sido un gran mes, lleno de experiencias buenas y mejores. Un gran viaje que me dio la oportunidad de pisar lo que todos creemos que es otro contienente, que me dio la oportunidad de ver lo diferente que puede llegar a ser todo, lo divertido pero frustrante que es que nadie te entienda, que tengas que expresarte por el lenguaje universal que es el no verbal, la oportunidad de empezar a cerrar una puerta abriendo ventanas a otro mundo. Y además, la oportunidad de pasar un cumpleaños diferente, rodeada de gente nueva, gente de muchos sitios diferentes, la oportunidad de cumplir años en mitad del Mar Báltico, cuando no sabes ni dónde estás, cuando nadie puede felicitarte porque no tienes wifi, cuando es un cumpleaños que ni siquiera sientes como tal de lo raro y especial que es, cuando cumples 21 pero siempre serás la pequeña de la casa.
Y mayó siguió, siguió siendo un gran mes por una gran visita, una visita que alegra donde va, una visita que es capaz de que en Suecia salga el sol, una visita que no hace falta que te diga la verdad porque solo con mirarte te das cuenta de que ya la sabes. Que no falten las fotos saltando, las fotos riendo, las fotos despistadas, las fotos espontáneas, que no falten las fotos en general. Que todo vaya seguido de una risa, de una sonrisa, o de un mote horrible que solo suena bien cuando ella lo dice. Una visita que, como todas, se hace corta, pero que deja sentimientos para largo tiempo, porque no importa la distancia cuando el Whats App sirve para comer juntas en Gales.
Y así acabamos aquí, en el último fin de semana de mayo, en el penúltimo en Suecia. Saliendo de fiesta a las 22.30 de la noche, viendo llorar a tus amigas con alguna copa de más, diciendo adiós día sí y día también, viendo partidos de fútbol con un internet que se corta justo cuando el balón se acerca a la portería, cogiendo el paraguas al salir de casa y volviendo con el abrigo en la mano, conociendo gente de cerca estando lejos, y sobre todo, haciéndote a la idea de que, justo en siete días, estaré empaquetando 5 meses en una maleta de vuelta.
Cuando vuelves a casa a las 3 de la mañana y no es que esté amaneciendo,
si no que nunca llegó a anochecer.
Y todo lo que has crecido en esos 5 meses... como persona, como profesional y como aventurera! ¡Que todo sea por viajes emprendedores! :)
ResponderEliminar¡Por los grandes viajes! :)
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