¿Alguna vez has enviado un
corre a un profesor y no has recibido la respuesta que esperabas? A lo mejor
ellos tampoco recibieron el correo que esperaban. Cada vez más a menudo los
“buenas”, “xq” y “xd” de la mensajería instantánea se cuelan en un contexto más
formal. Hoy vamos a darte las claves para lograr una eficacia comunicativa.
Todos
preferiríamos la rapidez economía lingüística de un simple “hola”, pero debemos
intentar recordar que estamos en un contexto universitario y que nuestros
profesores merecen al menos un “estimado profsor”. Puede que tú solo tengas un
profesor de Historia pero él tiene 299 alumnos más. Después del saludo,
preséntate (nombre, curso, grupo y asignatura), te lo agradecerá. Ahora que ya
has empezado con buen pie, expón tu problema de forma breve para acabar de
captar su atención. Si tienes algún matiz personal que comentarle, ahora es el
momento. Sin embargo, no te metas en laberintos ni imperativos, sé sencillo,
claro y directo. Antes de despedirte recuerda lo que te decía tu madre: “un
gracias nunca está de más”.
Si
recuerdas algún correo redactado de forma incorrecta es el momento de
reescribirlo siguiendo las pautas que ahora conoces. Presiona enviar y
recibirás la respuesta esperada de un agradecido profesor.
Deja el “chao” para tus amigos.
Un cordial saludo.
Lidia Herranz.
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